miércoles, 31 de agosto de 2016

PEREGRINO

PEREGRINO

¿Volver? Vuelva el que tenga, 
Tras largos años, tras un largo viaje, 
Cansancio del camino y la codicia 
De su tierra, su casa, sus amigos, 
Del amor que al regreso fiel le espere. 

Mas, ¿tú? ¿Volver? Regresar no piensas, 
Sino seguir libre adelante, 
Disponible por siempre, mozo o viejo, 
Sin hijo que te busque, como a Ulises, 
Sin Ítaca que aguarde y sin Penélope. 

Sigue, sigue adelante y no regreses, 
Fiel hasta el fin del camino y tu vida, 
No eches de menos un destino más fácil, 
Tus pies sobre la tierra antes no hollada, 
Tus ojos frente a lo antes nunca visto.


martes, 30 de agosto de 2016

CUANDO LA AMISTAD SE DILUYE

CUANDO LA AMISTAD SE DILUYE 

Vivimos un mundo cada vez más centrado en el individuo, en el “single” (término que se ha internacionalizado y que tiene un significado amplio), con muchos conocidos (a los que llamamos amigos) pero con pocos amigos. 

Aunque parezca una contradicción el caso es que vivimos conectados a una serie de personas a través de las redes y cada grupo reúne una serie de “amigos”, sin que podamos soportar su “ausencia” (lo digo porque la mayor parte de las personas -jóvenes y no tan jóvenes- nos pasamos la vida conectados con ellos). Pero, ¿son amigos?. Yo creo que las redes y la formalización de esos grupos han devaluado el concepto de amistad. 

No hay nada más triste -para mi- que ver a cuatro jóvenes sentados uno junto al otro y cada uno pendiente de su teléfono, sin conversar con los demás, solo a veces, para mostrar una foto o una ocurrencia, sin continuidad ninguna.

No es que no tengamos amigos, creo no tenemos ni CONOCIDOS. No tenemos personas con la que compartamos actividades, tomemos un café y nos contemos cosas, nuestras cosas. Esas personas que entienden nuestras bromas, el significado de nuestras palabras, nuestros  defectos o cómo nos encontramos.


No es que haya deslealtades en las relaciones, es que no hay contacto . La vida nos distancia, las tecnologías nos despersonalizan, ls nuevas formas de vida nos hace distantes y nos convierte en desconocidos.

Parece que esté planteando una paradoja difícil de interpretar. Nos pasamos la vida conectados por diferentes vías tecnológicas y sabemos más cosas de los demás que nunca, quizá porque esa información nos la facilita internet, pero nos falta algo, ese “algo” que intentábamos poner de manifiesto en nuestra entrada de ayer. Y al final, estamos solos.

Y el caso es que somos SERES SOCIALES, necesitados de los demás, por más intereses que a veces sustenten las relaciones humanas.

Nos encontramos con gente que busca prestigio y quizá hacerse necesaria (por razones cuyo origen desconozco), otras que son como las plantas parasitarias, están a nuestro lado mientras lo que yo consigo les beneficie, otras porque el simple contacto genera un rito, sin más argumentaciones,…


Pero la amistad, como el amor o cualquier otra forma de mantener la solidez en las relaciones humanas… se diluye, se evapora….muta, se pierde y con ello parte de nosotros mismos.

domingo, 28 de agosto de 2016

ESO DE SER AMIGOS

ESO DE SER AMIGOS

Dicen que un amigo/a es aquel o aquella persona que, a pesar de conocerte, te estima. Y creo que hay mucha verdad en ello. En el diccionario se dice que es la relación de afecto, simpatía y confianza que se establece entre personas que no son familia. Quiero suponer que el afecto , en lo que aquí interesa, tiene que ver con la predilección por una persona, mientras que la simpatía guardaría relación con cierto sentimiento de afecto hacia una persona o hacia su comportamiento y también con la forma de actuar de esa persona cuando nos resulta agradable. Confianza sería algo así como esperanza, seguridad…. compromiso como resultante de todo lo anterior.

Intuyo que el egoísmo, el desinterés, la impaciencia, el orgullo, la prepotencia… son enemigos de esos componentes con los que hemos querido completar la esencia de la amistad (afecto, simpatía y confianza).

Debe haber un momento en el que las personas dejan de tener y compartir los mismos intereses, el mismo tiempo, los mismos sueños… o se deja de compartir o se deja de ceder (sea o no así, pues eso es un percepción difícilmente demostrable). Los equilibrios en las relaciones son “inestables” y es necesario encontrarlos en común. El egoísmo o el orgullo carcomen entonces la armonía de la amistad.

Por otro lado, las relaciones caminan de la mano de nuestros propios ritmos vitales y afectivos y hacer que vayan al unísono con otra persona tampoco es fácil. De ese hecho se derivan no pocos menosprecios (o hechos que se sienten así).

La amistad exige admitir y perdonar situaciones difíciles, aparte de intentar entenderlas, claro. Digamos que los ligámenes de la amistad son como una tela de araña pero con hilos muy sutiles, muy frágiles, que ceden o se adaptan según unos parámetros que son imposibles de adivinar.

Esos “deslices” (por llamarlo de alguna manera) hacen que el compromiso, la seguridad o la esperanza se rompan o queden tocados. Lo malo es que todo eso ocurre cuando una de las partes está más necesitada.

Siendo así, pareciera que la soberbia es la que envenena las relaciones de amistad y que, más tarde o más temprano, anidará en alguna de las partes de una relación. 



No es fácil aceptar la crítica o tener a humildad de reconocer errores, de pedir disculpas y mira que los beneficios de una buena amistad son importantes. Y hablo de amistad, no de “relaciones” del tipo que sea. Pero… hay personas que parecen poseer todo el saber del mundo y que tiene en sus manos el poder determinar qué es bueno o malo en todo momento o situación y se sienten por encima incluso de todo tipo de crítica.
Y en todos estos casos, como es lógico, la magia se rompe, la sutil tela de araña que sirve de cobertura al afecto o la confianza, se va destruyendo y apareen entonces las vivencias no asumidas, no resueltas…


El mundo no dejará de girar por ello, pero cuántas energías, cuánta felicidad, cuantas vivencias dejarán de tener sentido y cuánto de nosotros mismos dejaremos en esa ruptura. Solo por orgullo, solo por prepotencia.  

LA DENOSTADA EVALUACIÓN

LA DENOSTADA EVALUACIÓN 

Tal como sucede en muchas otras disciplinas del campo de las ciencias sociales, en el campo de la evaluación educativa sería no sólo difícil, sino probablemente incorrecto ofrecer una definición única y acabada de los términos, sin haber revisado y ponderado previamente las distintas definiciones que se han realizado sobre el particular. Y quizá sea éste el problema para que sea objeto de todo tipo de controversias.

Si nos detenemos en la revisión histórica acerca el término de evaluación, nos daremos cuenta como ésta ha estado sujeta a las distintas posiciones filosóficas, epistemológicas y metodológicas que, en el devenir de la reflexión, han predominado en uno u otro momento.

A partir de tales consideraciones, nuestra intención no es la de desarrollar un exhaustivo estudio de las distintas definiciones de evaluación, pero sí dejar constancia, de una manera sintética, de la evolución que ha sufrido el término y cómo esta evolución ha marcado posteriormente un avance en la práctica evaluativa.

Para ello se agrupan las distintas definiciones en función de como se conciben:

a) Definiciones que se centran en el logro de objetivos, en la evaluación del rendimiento de los alumnos y en la preocupación por los resultados. 

b) Definiciones relativas a la evaluación como emisión de juicios de valor o determinación de méritos.

c) Definiciones que consideran la evaluación como un proceso de recogida de información para la toma de decisiones.

d) Definiciones que intentar aglutinar los aspectos anteriores.

Ahora bien, tal como decíamos al principio, esta diversidad de definiciones con sus matices diferenciales, responde a distintas posturas teóricas, ideológicas y metodológicas, teniendo en cuenta además que tales posturas no se asumen en un vacío social, sino que están condicionadas, tanto por las ideas de la comunidad científica, como por las circunstancias del contexto socio-político más amplio.

Desde el punto de vista metodológico, se ha pasado de un énfasis inicial en los métodos cuantitativos a una actitud más pluralista, desde la aceptación de las metodologías cuantitativas y cualitativas hasta un empleo simultáneo de ambas.

Todo lo que hasta ahora se ha aportado, viene a reflejar que el campo de la evaluación, caracterizado por la estrechez de objetos y enfoques, ha experimentado una múltiple apertura. Después de ese somero recorrido podríamos establecer que la evaluación es.
  • Un proceso sistemático de recogida de información, no improvisado, sino organizado en todas sus fases, donde la máxima preocupación es la objetividad y totalidad de los datos. Es necesario que toda la información recogida sea válida y fiable y que intente recoger todos los aspectos de la realidad que se va a evaluar. Por ello, es importante que los instrumentos sean multivariados, utilizados en diversas circunstancias y en tiempos distintos, así como la participación de diversos agentes.
  • Emisión de juicios de valor respecto la información recogida, en función de unos criterios previamente establecidos y teniendo muy en cuenta el referente en el cual nos movemos. En este punto aparece de nuevo el problema de la objetividad, ya que muchas veces la valoración se realiza en función de criterios y opciones personales. Es necesario que el establecimiento de los criterios se realice de forma colegiada, con la participación de todos los implicados en el proceso de evaluación, e igualmente con la participación de agentes externos.
  • Orientada a la toma de decisiones. Se dice que la evaluación ha de tener una utilidad, un sentido y, por tanto, esa toma de decisiones ha de ir encaminada a la mejora y perfeccionamiento del proceso educativo.

  • Como proceso de formación permanente, de todas las personas implicadas en la evaluación. Se supone que la evaluación es un proceso, también, de trabajo en equipo y de intercambios constantes de conocimientos y puntos de vista. Es este momento, un espacio y un tiempo de aprendizaje constante.
Otro día escribiremos sobre la evaluación institucional.

sábado, 27 de agosto de 2016

EL CONTEXTO DE LA DEMANDA FORMATIVA

EL CONTEXTO DE LA DEMANDA FORMATIVA

Si seguimos la secuencia que planteábamos hace un par de días en nuestra entrada al blog, quizá sea bueno insistir en que vivimos en un dinamismo de cambio de tal magnitud que necesitamos adecuaciones constantes y crecientes ante el riesgo, siempre presente, de no lograrlo del todo y de perder los referentes necesarios para comprender la realidad e instalarnos en ella. 
A ese dinamismo provocador de nuevas necesidades formativas están contribuyendo: la economía, la demografía, la propia sociedad o la cultura, etc. 
La economía y su universalización están provocando la aparición de nuevos
modelos de producción, la creciente dependencia de la tecnología (en una carrera hacia la reducción de costes, desarrollar competitividad,...), la especulación monetaria, la “universalización” industrial (“deslocalización” lo denominan otros autores), etc. Todo ello está provocando, a su vez, una presión sobre la formación (formal y no-formal) buscando adecuación a los nuevos requerimientos, porque en esa dinámica se ha provocado dejar fuera del empleo, sólo en Europa, a 17 millones de personas. 
Cuestiones como la desaceleración (alarmante en algunos casos) del crecimiento demográfico en nuestro entorno y aun dentro de nuestras propias fronteras, los movimientos migratorios, el aumento de la esperanza de vida junto con el adelanto (razón por la que ahora se habla de retrasarla) de la edad de jubilación, etc. están también presentes como elementos a tener en cuenta al analizar las demandas formativas, junto con la aparición de nuevas demandas asociadas a aspectos como: salud, medio ambiente, igualdad entre sexos, consumo, etc. y otras que provienen de las prácticas culturales. 
El caso es que estos hechos vienen provocando nuevas exigencias sobre la formación en el ámbito formal, que están afectando tanto a su incidencia (de tal modo que viene aumentando el periodo de vigencia y exigencia para la población), como a su esencia (hasta el punto de que su consideración ha cambiado sustancialmente), y también en la formación en el ámbito no-formal, en la medida en que están apareciendo nuevos parámetros surgidos de las mismas circunstancias.
 
Estamos, en definitiva, ante un cambio cualitativo que afecta al texto y contexto de la enseñanza, lo cual va a exigir la modificación de las estructuras curriculares, organizativas, actitudinales, etc. Esto, que es válido en general, es especialmente importante en las acciones del ámbito no-formal, toda vez que su marco formativo aún carece de sustantividad, por más que necesite considerarse una acción educativa integral e integrada, aunque diferenciada y capaz de aglutinar diversas modalidades estratégicas susceptibles de adaptarse a las múltiples realidades que conforman el mundo actual y del futuro. 
Nuestro marco político, social, cultural y económico es Europa y en Europa la situación actual y de futuro a medio plazo van a estar marcadas por algunas de las inadecuaciones que estamos viviendo, entre las cuales van a seguir destacando, a nivel socio-político, ciertas transformaciones ideológicas y el paro, que seguirá siendo, dado su carácter estructural, uno de los problemas a salvar en la presente sociedad, aparte del logro de comprensión y cierto nivel de solidaridad entre los distintos países que la componen y entre éstos y aquellos otros que conforman su zona de influencia o interdependencia. 
A la vez, seguiremos afectados por el cambio irreversible que viene protagonizando la utilización masiva de la microelectrónica y la informática, que está provocando una nueva e irreversible revolución. 
Todas estas cuestiones están proporcionando un nuevo contenido a la formación. Formarse hoy exige adaptarse cultural, social, laboral, profesional y personalmente a esa evolución que citábamos y a su aplicación a los procesos de comunicación y producción, así como a las nuevas concepciones de cultura, producción, relaciones sociales, económicas e industriales, etc., que se están provocando. Formarse hoy requiere, por otra parte, compromiso e iniciativa, adaptabilidad, variedad y participación y: 
* Buscar el desarrollo personal desde la información, análisis y participación en los problemas del entorno.
* Potenciar habilidades organizativas, de cooperación, de comunicación, etc. 
Y es que en situaciones socio-culturales como las que marcan y definen actualmente nuestra vida, en las que se producen cambios acelerados, deben establecerse medidas e instrumentos complementarios de socialización y culturización, tanto en el dominio de las actitudes y valores como en el ámbito de los saberes útiles para los individuos y tanto en la vertiente social como profesional /ocupacional. Este hecho justificaría por sí sólo la aplicación del concepto de educación permanente y también la actuación formativa fuera de los circuitos "formales". 

De lo que se trata hoy es de proporcionar una formación diversificada que recoja competencias enculturalizantes y socializadoras, que no debe desarrollarse solamente desde la perspectiva formal o desde el simple adiestramiento para la inserción individual en el aparato productivo. 
El problema para el desarrollo de esta formación que apuntamos es lograr armonizar las instancias sociales que confluyen en la socialización, culturización y ocupación. Estas instancias se muestran antagónicas tanto en los mensajes que intentan transmitir como en el código de valores y de capacidades operativas en las que basan su actuación. 
Los planes de formación -formales y no-formales- deberán de preocuparse de preparar a todos para adaptarse a la complejidad y movilidad crecientes de nuestra sociedad. Este hecho lo entendemos de suma importancia, por cuanto de él van a derivarse problemas de identidad, de asunción de valores y, en definitiva, de adaptación al entorno. 

Todo ello debería servir de marco o punto de referencia fundamentalmente en las acciones formativas que se emprendan en el ámbito no-formal. 

viernes, 26 de agosto de 2016

COSAS QUE PASAN

COSAS QUE PASAN

El terremoto en Italia ha paralizado de golpe la capacidad de fijarse en otras cosas. La naturaleza se muestra con crueldad muchas veces y no vale decir que el ser humano, que ha hecho de ella su hábitat, provoca estas reacciones. Es cierto que los medios social y natural están en pugna permanente, tanto es así que no faltan los que defienden que a fin de cuentas la cultura es el saber acumulado en la lucha del ser humano contra la naturaleza.

Pero no quisiera que mis palabras fueran por ahí. Bastantes “voceros” dan cuenta de ello aprovechado la estupefacción que estas cosas dejan en los ciudadanos.

Mientras, en estas tierras estamos en otras cosas, mucho mas profundas. Por ejemplo: ¿hay que cumplir las sentencias? Según algunos vascos y muchos catalanes no, al menos si no gustan.  Y ¿esos que no quieren cumplir sentencias aspiran a regir los destinos sociales? Quiero suponer que del sistema más puramente ácrata que haya existido, en cuyo caso todo estaría claro, porque, por la misma yo podría hacer lo mismo… y los demás podrían hacer lo mismo, con lo que… entonces sí que estaríamos todos en igualdad de condiciones y seríamos felices.

Otros están más preocupados por el trato que se da a los animales en muchas fiestas populares, quizá olvidando que esos actos fueron ideados por auténtico animales, pero eso sí, en una época en que eso no estaba mal, pues solo se trataba de comprobar quien era más fuerte o más bruto. Cosas del atavismo.

Otros más están empeñados en que aprendamos a votar, esto es, a poner un sobre en una urna, mientras ellos juegan a intercambiar cromos o al escondite.

¡Qué bajo hemos caído!, pero no se puede esperar otra cosa de estos aprendices de trileros (por aquello de que esconden la pieza ante a mirada de los demás, no por otra cosa, aunque… vaya usted a saber, porque. díganme: ¿qué soluciones proponen a los problemas de los ciudadanos? ¿Alguien, sin demagogia o palabras vacías podría rellenar dos folios con sus propuestas?.

Vivimos una época de transición, es cierto, pero… ¿hacia qué destino?. Vemos y sabemos que eso que algunos recién legados llaman viejo mundo se está desmoronando, pero también que esos mismos no aportan nada de cómo deberá ser el nuevo, excepto que el nuevo viene sin principios y sin muchas libertades de las que disfrutar y por las que luchar.

Y, mientras, ¿recuerdan que tenemos una guerra con un montón de estados implicados? ¿que esa guerra provoca refugiados y dramas profundos y dolorosos? 

¿Dónde se  han metido los periodistas, esos que dicen ser los testigos de la historia, los notarios de los acontecimientos? (los otros, los que juegan con hipótesis y hacen ruido ya sabemos donde están).

¿Dónde está el principio de igualdad si la Renta Mínima de Inserción que varía entre los 962 € de Navarra a los 399 de La Rioja?


El terremoto nos ha dejado anonadados pero las cosas siguen su curso a nuestros alrededor.

miércoles, 24 de agosto de 2016

LA DISCUSIÓN DEL VERANO: EL BURQUINI

LA DISCUSIÓN DEL VERANO: EL BURQUINI

Quiero suponer que tanta tinta sobre el dichoso “burquini” es una de esas noticias que se denominan “serpientes de verano”, pues en caso contrario no acabo de entender casi nada (lo que es casi seguro).

Harto de decir cosas serias vamos con el asunto este de ir a la paya a “ligar moreno”, a buscar el fresco de a brisa del mar y a llamar la atención a toda cosas.


Para ponerme en situación he estado mirando fotografías de playas veraniegas desde comienzos de siglo XX (desde que hay constancia de escenas fotografiadas, claro) y he comprobado que la que llamamos “nuestra civilización” ha pasado por un proceso que se inicia más allá del BURQUINI (o burkini o como quiera decirse).

Recuerden las “casetas” de baño, que ocultaban no ya el cuerpo sino la presencia misma de una señora en la playa. Luego recuerden esos trajes que “debía tapar el tobillo” (según as normas de la época) con gorrito incluido (la mar de mono él), porque no hacerlo así era provocativo. Recuerden cómo, poco a poco, a pesar de las voces en contra, de los bienpensantes y clero en general, fue quitándose “trapo” a dicho traje hasta llegar a esos “hilos dentales” que son al uso últimamente, pasando por el período en que la moda era el “monoquini”. 

Ahora ya tenemos playas con nudistas y hasta para perros (a los que no se les exige nada, nada que deban ponerse encima).

Y yo me pregunto, si esto ha sido así en nuestra cultura, ¿no podría ser del mismo modo en la musulmana?. Dejemos el burquini, poco a poco se irá adaptando a nuestros “gustos y disgustos”. Y lo digo así porque mientras nos quejamos del burguini no lo hacemos de las tripas cerveceras sin camiseta que se pasean por las calles y las terrazas de los bares sin ningún pudor, por ejemplo, que impresionan más y de tantas otras formas de mostrarse (o de descubrirse) que vemos a todas las horas.


Somos unos falsos sin cerebro que nos dejamos mecer por el último berrido del snobismo.

EL CONTEXTO DE LAS ACCIONES FORMATIVAS (La Formación como respuesta)

EL CONTEXTO DE LAS ACCIONES FORMATIVAS (La Formación como respuesta)

Cuando un grupo se asienta en normas, valores y elementos culturales arraigados y poco dinámicos es fácil adjudicar al sistema educativo objetivos aceptables por el grupo y de gran vigencia para los individuos, tanto desde el punto de vista de su significación o utilidad como de su “temporalidad”. En este marco, lo que no “da” la escuela lo “da” el ambiente, por usar términos más llanos. 
Pero cuando se rompe el consenso social, cuando se difumina o se comparte la responsabilidad del grupo sobre los individuos, cuando se admite la diversidad ideológica, cuando los elementos culturales se dinamizan ... resulta que: la incidencia socio-ambiental pierde nitidez y concreción, aparecen nuevos valores y referentes y, por lo mismo, nuevas necesidades y nuevos intereses y recae sobre el propio individuo la responsabilidad de acceder al cúmulo de saberes a transmitir, que ahora son diversos. 
Al ocurrir todo esto, está claro que la institución escolar debe asumir nuevos papeles, pues ha de tener, tanto para el marco social que la ampara como para los individuos, un nuevo significado, pero además está claro también que dicha institución no puede dar cabida a la satisfacción de todas las necesidades formativas que se generan ahora en una dialéctica individuo-medio multifacética, multidimensional e impredecible. 
Las necesidades formativas, como hemos visto, surgen y se justifican en la dialéctica individuo, cultura, sociedad y proyección de los individuos. Esos contextos (individual, cultural, social y de proyección) son, a su vez, ámbitos de “mediación”, de intervención educativa. De este modo “la acción formativa sobre los individuos hay que entenderla como un proceso de ayuda a su propio desarrollo, a su impregnación cultual, adaptación social, asunción de valores y códigos morales y a su proyección personal y socio-laboral” (González Soto, 1996: 88) 
Este proceso de ayuda, de este modo, se ha convertido en un proceso diferenciado y especializado, a la vez que en un proceso dialéctico continuo e inacabado, global y permanente si se prefiere. Es esa dinámica de cambio y adaptación constante, a la que venimos aludiendo, que se establece en la relación individuo, cultura, sociedad y proyección, la que justifica la globalidad, continuidad y permanencia de la formación y es precisamente la especificidad de las relaciones la que genera especialidad. 
Así, si tuviéramos que definir la acción profesional de un formador, diríamos que se trata, como ya dejamos apuntado en otro lugar, de “un proceso de ayuda, de mediación, de intervención directa y sistemática, diferenciada, dinámica y abierta, en continua reconstrucción... y especializada, cuyo eje es la enseñanza” 
Pero estábamos en que la dinámica y diversificación social y cultural provocaba una nueva conceptualización de la escuela como institución formativa y nuevas necesidades que exigían, a su vez, nuevos marcos. 
Y es que desde Elsinor (Dinamarca), cuando en la  1ª Conferencia Internacional de Educación de Adultos se establece que : “... cada persona es, en sí misma, un aprendizaje perpetuo: no deben establecerse barreras al desarrollo personal, sino al contrario debe favorecerse... mediante instituciones especializadas” se han ido sucediendo aportaciones de gran calado al respecto. Recuérdese por ejemplo la 2ª Conferencia Internacional de Educación de Adultos (Montreal -Canadá.), patrocinada por la UNESCO y realizada por el Instituto Internacional de Planificación de la Educación, dirigido por P.H. Coombs, en la que se presenta la obra: “La crisis mundial de la Educación”. 
Nos interesa más, con todo, detenernos un poco en nuestro propios contexto y vislumbrar la evolución de la Pedagogía en España 
El surgimiento y configuración de la acción y reflexión pedagógicas en España tiene su razón de ser en la necesidad social de preparar profesorado. 
El primer ejemplo es la Ley de 21 de julio de 1838, por la que se crea el Seminario Central de Maestros del Reino, con el objetivo de “formar maestras para la escuelas normales”, objetivo que será ampliado en 1857 con la Ley Moyano y la configuración de la Escuela Normal Central, encargada de la formación de formadores y de supervisores de la gestión educativa. 
Esta tradición institucional se rompe en 1901, surgiendo entonces, porque la necesidad social, cultural y profesional subsistía, una preocupación más amplia e intelectual, pero menos profesional y con menos posibilidades de configurar un papel profesional específico. En concreto, la acción de proyectar preparación pedagógica al profesorado se centra ahora en el Museo Pedagógico Nacional (creado en 1892 de la mano de hombres de la Institución Libre de Enseñanza), dentro del que, en ese año de 1901, se crea el primer curso de Pedagogía General (del que se encargará Cosío), que saltará a la Universidad en 1904, siguiendo siempre la traducción alemana, que ya en 1774 contaba con cátedras de Pedagogía en Königsberg y Francfort. 
El espíritu original no se pierde y cuando en 1931 el Ministro Marcelino Domingo redacta el Decreto de creación de las Secciones de Pedagogía, las encomienda “el cultivo de las Ciencias de la Educación y el desarrollo de los estudios superiores pedagógicos y la formación del profesorado de la Segunda Enseñanza y Escuelas Normales, Inspección de Primera Enseñanza y Directores de grandes escuelas graduadas” (Gaceta de 29 de enero de 1932). 
Este claro panorama, tanto institucional como profesional, comienza a desdibujarse y diluirse en 1944, fecha en la que -ahora con un sistema político distinto- se crean nuevas Secciones de Pedagogía. 
Los estudios de Pedagogía se crean, como hemos visto, para llenar el vacío de la Escuela Normal Superior, esto es, para preparar Directores, Inspectores y Profesores de Escuelas Normales. Con ese espíritu se mantienen y se multiplican. Con todo, esa necesidad social de dotar al Sistema de técnicos capaces de dinamizar la acción educativa y de atender la dinámica de los centros, va desapareciendo, tanto por intereses corporativos (presión de otros profesionales), como políticos (control ideológico) y por la propia dinámica que se genera en las propias Secciones de Pedagogía. 
La Ley de 1970 representa también, en su letra, de alguna manera, el deseo de revitalizar la acción que la Pedagogía podía ejercer en el Sistema Educativo: Se crean los ICEs, encargados de la investigación y la formación inicial del profesorado de EE.MM. y la formación permanente de todo él, prevé la necesidad de contar con equipos de orientación, atención individualizada, inspección como asesoramiento didáctico, etc.. Pero son esperanzas que se rompen en su aplicación. 
Curiosamente, el periodo 1970-90 va a representar algo positivo para la pedagogía: Se cuestiona la pedagogía “oficial”, se renueva el profesorado y se abren los estudios a nuevos campos. De este modo los estudios de Pedagogía se ven comprometidos con: 
1. Una proyección más allá de lo formal y lo escolar. Lo educativo se abre a ámbitos relegados hasta ahora a lo asistencial o situados hasta este momento fuera de sus postulados: formación de adultos, profesional y ocupacional, centros de recursos, asesoramiento, etc. y a espacios con nuevas perspectivas, a la vez más que abiertas y más especializadas. 
2. Una relación más estrecha con las necesidades e intereses sociales, culturales y profesionales, así como con cada una de sus realidades contextuales. 
3. Una búsqueda de nuevos modelos de conocimiento y proyección. 
Esta evolución nos señala que el campo actual que ha de cubrir el dominio pedagógico con su acción práctica y sea cual fuere el ámbito de proyección es el siguiente: 
  • La formación inicial y permanente del profesorado y de los formadores en general.
  • La intervención en los planes de formación que se desarrollen para la mejora y perfeccionamiento de la propia sociedad. 
  • La organización y gestión de instituciones educativas 
  • La planificación docente 
  • La intervención en la producción de materiales y recursos didácticos 
  • La innovación y la investigación educativas 
  • La atención psicopedagógica y la orientación educativa y profesional 
  • La evaluación e inspección. 
  • La atención especializada 
  • La formación profesional, ocupacional y en la empresa 
  • La atención específica a espacios especiales, como las personas adultas, tercera edad, tiempo libre, medios de comunicación, etc. 
  • E asesoramiento y apoyo


Todas estas acciones pueden desarrollarse en diversos ámbitos de intervención, independientes de los de carácter formal. Podríamos definir, en primer lugar, un ámbito de intervención a través de la colectividad social objeto de tal intervención. Así distinguiríamos (cabe advertir que dichos ámbitos no son excluyentes, es decir, un mismo individuo o colectivo puede encajar, por su problemática o condición, en varios ámbitos): Barrios y/o comunidades vecinales, Infancia y juventud, Adultos en general, Minorías étnicas, Inmigrados, Inadaptados sociales, Ancianos, Poblaciones de“riesgo”, Infancia y juventud en situación riesgo personal o social, Parados, Trabajadores, Etc.
 Aunque también podríamos definir los ámbitos de intervención por el tipo de actuación que se lleva a cabo; según este criterio los ámbitos serían escenarios mucho más amplios que los enumerados anteriormente y, en consecuencia, abarcarían probablemente a más de un colectivo de población. Visto desde este otro prisma, los ámbitos de intervención que podemos distinguir son los siguientes: 
* Animación socio-cultural
* Animación y formación socio-laboral y económica * Formación de Adultos
* Educación para la Tercera Edad
* Educación del Tiempo Libre
* Educación Compensatoria
* Formación Ocupacional
* Reinserción Social
* Atención especializada
* Etc. 
Las instituciones que intervienen en los ámbitos mencionados anteriormente las podríamos clasificar en dos grandes grupos: 
• Instituciones de carácter oficial y público: Como las que corresponden a los Departamentos tales como: Educación, Bienestar Social, Justicia, Sanidad, Trabajo, etc.; Corporaciones Regionales, provinciales o locales, como: Centros culturales, deportivos, de tiempo libre, etc.. 
• Instituciones de carácter privado: Como las pertenecientes a las Iglesias, empresas de diverso tipo, etc. 
En todos los casos estamos hablando de instituciones cuya razón de ser radica en "asistir" o ayudar a individuos o grupos con necesidades de carácter especial. 
Pero aún nos quedaría situar otro tipo de ámbito, definido ahora por criterios de “especialización”. Visto así, tendríamos actuaciones en campos como los siguientes: Servicios de drogodependencias o toxicomanías, Centros de planificación familiar, Los Equipos de asesoramiento psicopedagógico, Los Servicios de lDepartamento de Justicia. Unidades de tratamiento de estimulación precoz, Centros de Atención especial, Centros ocupacionales para disminuidos, Escuelas Taller y Casas de Oficios,etc. 

Ocurre, sin embargo, que bajo todo ello subyace una nueva idea de profesionalidad, que no se puede obviar, toda vez que de ello va a depender la comprensión de las acciones que se puedan vislumbrar desde el recorrido enunciado, pero ya volveremos sobre este asunto. 

martes, 23 de agosto de 2016

INFORMACIÓN Y CONOCIMIENTO

INFORMACIÓN Y CONOCIMIENTO 

Existe la perspectiva básica para distinguir ambos conceptos, como es la de acudir al Diccionario de la RAE. De sus muchas acepciones elegimos las siguientes:

INFORMACIÓN: Comunicación o adquisición de conocimientos que permiten ampliar o precisar los que se poseen sobre una materia determinada. Conocimientos comunicados o adquiridos mediante una información.
CONOCIMIENTO: Entendimiento, inteligencia, razón natural. Noción, saber o noticia elemental de algo. Saber o sabiduría.

Efectivamente  parece haber una relación causa y efecto entre ambas acepciones, en la medida en que a través de la información puede darse un conocimiento, pero no se dice (no tendría sentido) que de una se deriva la otra porque sí, por obra y gracia de algo extraño.

La irrupción de las tecnologías de la información y la comunicación ( como mediadoras y muy potentes entre ambas) ha hecho que muchos pensemos que ambas podrían crear una mejor FORMACIÓN (de ilusiones también se vive), pero nos olvidamos que, aparte de que las relaciones entre los tres conceptos necesitan “catalizadores” potentes, no es lo mismo tener la posibilidad de acceso variado y plural a las informaciones, por más globales que estas sean, que vivir en la SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO.

De hecho no hay sociedad (que pueda recordar ahora) que pueda considerarse como una sociedad de conocimiento y la nuestra menos, de hecho, a pesar de la crisis, seguimos viviendo enganchados a la construcción y al turismo y en esos ámbitos … no se ha hecho mucho al respecto.

Aparte, seguimos teniendo una educación digamos que “para salir del paso”, produciendo los mismos fracasos que enunciara el que en 1954  era Ministro de Educación: El Profesor Ruiz Jiménez. El nivel de nuestro Sistema Educativo puede verse en los resultados de las evaluaciones internacionales y en las críticas internas de sus agentes y clientes y sea cual sea el nivel educativo que tomemos como referencia.

Nuestra sociedad sigue sin concienzarse del todo del problema y no urge ni mayores dotaciones, ni un plan adecuado de I+D+I (que pocos saben traducir), ni tampoco ha priorizado la ciencia o el saber, así como tampoco ha favorecido la transferencia de la tecnología. Vivimos una sociedad digamos que “miope”, porque no ve nada más allá de un paso por delante, pendiente más de la economía especulativa que de otra cosa y cree que no debe haber una política educativa de ESTADO, sino pueblerina, en la que priva el sectarismo, cuando no cosas peores, como la xenofobia. 


Eso nos convence de que España aún está en la sociedad de la información (tiene medios para estar informada, aunque eso no le sirva para nada ni lo acabe de entender) pero ni de lejos ha llegado ser una sociedad de CONOCIMIENTO y mucho menos de la FORMACION, que queda a años luz. Y con esos mimbres solo se hacen los cestos que tenemos.

lunes, 22 de agosto de 2016

ENTRADA ESPECIAL

Hoy es un día especial para el que escribe en este blog, por lo que espero que se me permita una licencia, como lo es acudir a palabras ajenas para expresar sentimientos y recuerdos, que nada tienen que ver con la razón, con la reflexión, que suelen ser lo más habitual en las entradas que van por delante, pero que guarda una estrecha relación con las vivencias, con los sentimientos.

Son palabras de Pablo NERUDA, el gran poeta Chileno, que forman parte del poemario: Los Versos del  Capitán. Es un poema muy conocido, aunque no por ello con menos valor, al menos para lo que quisiera que se entendiera y supusiera.



Tu risa

Quítame el pan, si quieres,
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.

No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de plata que te nace.

Mi lucha es dura y vuelvo
con los ojos cansados
a veces de haber visto
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
y abre para mí todas
las puertas de la vida.

Amor mío, en la hora
más oscura desgrana
tu risa, y si de pronto
ves que mi sangre mancha
las piedras de la calle,
ríe, por que tu risa
será para mis manos
como una espada fresca.

Junto al mar en otoño,
tu risa debe alzar
su cascada de espuma,
y en primavera, amor,
quiero tu risa como
la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa
de mi patria sonora.

Ríete de la noche,

del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete de este torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro,
cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire,
la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
por que me moriría.