miércoles, 3 de agosto de 2016

AGOSTO

Hemos inaugurado el mes de agosto, ese mes en el que, misteriosamente, todo el mundo desaparece de su lugar habitual (mucho o poco según los casos) y en el que, en todo caso, se hace imposible contar con servicio alguno que preste la atención para la que fue creado. Los habitantes que nos visitan (que no son pocos) lo suelen poner en evidencia, olvidando que en sus lugares de origen , en estas u otras fechas, pasa lo mismo, que eso de la "globalidad" nos afecta a todos, bueno... a todos no, a los hijos de la Gran Bretaña no, de ahí que quieran dejar de formar parte de Europa, ellos son las "ISLAS", los demás somos pobres e incultos habitantes del Continente.
A estas horas ya se sabe que eso ha sido así en toda la historia. Ahora, además, quieren imponer ellos el calendario, o sea, me marcho porque quiero y cuando quiero, como los ebrios de las tabernas.
Y es que las crisis suelen asimilarse socialmente mal, muy mal y dan lugar a situaciones kafkianas, por llamarlas de alguna manera. Por ejemplo: aparece algo que públicamente es denostado: LA INSOLIDARIDAD (y no doy más ejemplos que los huidos de Siria e Irak para no ser pesado), el echar culpas a todo lo que se menea: INMIGRANTES, Fondo Monetario Internacional, CLUB DE LOS 2O, CALENTAMIENTOS GLOBAL o PARTIDOS POLÍTICOS), a la vez que crecen como hongos los NACIONALISMOS excluyentes y dignos de figurar cono capítulos en "Alicia en el País de las Maravillas".
No es que no haya razones para pensar así, sobre todo en los últimos (LOS POLÍTICOS), sino que se hace sin racionalizar las cosas. En nuestro caso debemos tener la clase política más obcecada del mundo. Una advertencia: cuando algún político diga que piensa en el país... echar a correr, es mentira, siempre lo ha sido, a no ser que llamen eso a algo que no sabemos. Veamos: qué hacen cuatro líderes (algunos por estrenar) teatralizando y mintiendo sobre sus posicionamiento (cuya razón de ser no ha sido expuesta) que hace que nadie de su brazo a torcer a pesar de que los ciudadanos estanos como estamos
Y es que en algunos sitios hay más tontos que botellines (quintos dicen en otros sitios). Y no creo que sea por el calor, que ha ablandado las neuronas de nuestros ilustres (es un decir) representantes, algunos de los cuales deberían ir por la calle como esos presos que se tapan la cabeza cuando son metidos en los coches policiales.

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