jueves, 4 de agosto de 2016

El Sistema Educativo

Aprovechando los ardores del verano (como siempre) ha aparecido la orden de poner en marcha la última "reforma educativa" (propuesta por un ministro que no está ni se le espera). Tiene esa ley un fallo de entrada que es grave: no cuenta con la aquiescencia de los actores: político, profesional y social, por culpa de la "opinión publicada" más que nada.
Dicho eso diré que conozco detractores muy activos que ni se la han lado ni lo harán, pero que seguirán diciendo lo que dicen y que conozco otros que han venido diciendo lo mismo desde la Ley de 1970 (la conocida como Ley Villar Palasí y mira que ha llovido y han pasado cosas desde entonces, bueno, cambiar ha cambiado todo menos sus cabezas).

Pero, en todo caso es una ley con esa tara que decía y eso la hace problemática.

Las voces más "altas" y más "repetidas" inciden sobre dos cosas: la REVÁLIDA y la Evaluacion del Profesorado.

Después de varios libros sobre evaluación educativa me he ganado el derecho de decir que una evaluación que no vaya dirigida a LA MEJORA no es evaluación, sino MEDIDA y esa no interesa ni vale para nada en el sistema educativo, pero creo que nadie argumentará en contra de la afirmación de que es necesario evaluar al Sistema Educativo (Su articulación y administración), a los centros, a lo profesores, a los medios y recursos y a los alumnos...) si queremos sentar la base de su mejora.
Dicho eso habría que achacar a los voceros en contra de dicha ley que NINGUNO aporta una solución. NI UNA, a su crítica:

Debe haber evaluación, pero no cualquier evaluación, en caso contrario da igual lo que se haga, cómo se haga y quién lo haga. Sobre esa base se podría proponer que las evaluaciones de cada curso fueran comprometidas, contaran con justificación y tuvieran profesionalidad y, si se quiere y es tan importante (yo creo que no) una valoración en la consecución de las COMPETENCIAS que deben adquirir TODOS los alumnos y que al final de un ciclo (Primer ciclo de ESO o toda la ESO O DE BACHILLER) el consejo de evaluación emitiera un informe valorativo de esos informes anuales sin más, teniendo éste el valor social y profesional que tendría esa tan traída y llevada Reválida.

Ocurre que se trata también de contar con u instrumento que MIDA del mismo modo el saber de todos los españolitos y algo así como lo que digo sería difícil de ofrecer elementos de comparación, excepto si se toma como criterio la consecución de ls competencias.

Yo no haría mayor sangre y menos después de asumir las valoraciones PRISA y demás.

También hay que asumir que ni están todos los que son ni son todos los que están. He dirigido un centro de lo que entonces se llamaba EGB y que tenía 50 unidades y puedo decir que profesores los hay de todo tipo (esos sí que están "integrados"), desde los que se dejaban la vida por sus alumnos, por buscar lo mejor para ellos hasta los que mandaban copiar el LIBRO ENTERO mientras leían un diario deportivo. Me decían que yo quería sembrar la competencia entre profesores y siempre respondí que sí, que quería profesores COMPETENTES y entregados a su tarea, nunca bien ponderada, es cierto, pero tarea bien importante. Y sigue habiendo profesores que no saben enchufar el ordenador. Algunos "bienpensantes" dirán que es una exageración, pero qué tristeza es dar cinco cursos seguidos sobre la plataforma MOODLE (podría haber sido otra) y comprobar que la mitad de la "militancia" no había aprendido más que a quejarse de todo lo que pasaba por allí y se meneaba.

Hay que evaluar para mejorar y hay que evaluar todo aquello que articula el sistema educativo. Soy tan exagerado que evaluaría a muchos padres, de esos que llegan al colegio como perdonavidas y sabiondos para justificar lo injustificable y para quitarse toda la responsabilidad (que la tienen) sobre el hecho de que sus hijos se hayan convertido en unos sinvergüenzas artificiales (no lo eran de nacimiento, pero sus padres favorecieron el que se fueran entrenando para serlo).

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