jueves, 18 de agosto de 2016

LA LIBERTAD

El diccionario nos dice, entre otras cosas, que la libertad es “La facultad y derecho de las personas para elegir de manera responsable su propia forma de actuar dentro de una sociedad."La libertad es un derecho humano básico” (RAE). Lo cual es una forma muy poética, incluso romántica, de expresar algo que es un concepto abstracto y nada fácil de explicar.

Está claro que es una facultad humana que tiene que ver con las acciones que el individuo realiza porque quiere, esto es, de acuerdo a su voluntad. Pero no es menos cierto que hasta muy tardíamente (seguramente el siglo XVIII) no entra a formar parte de los conceptos asumidos cultural y socialmente, quedando circunscrita su explicación al concepto religioso de “libre albedrío” (igual de etéreo y romántico que el anterior).

En la cultura del momento nace unido a conceptos como justicia e igualdad y tiene mucho que ver con el cambios en el modo de concebir el gobierno y la organización social.

Hasta ese momento el individuo era dependiente de la voluntad de otros (rey, señores feudales, clero…), de ahí que suponga un cambio también en el modo de organizar la sociedad y el poder, al menos en la medida en que la libertad supone reconocer que cada uno es responsable de sus actos.

El problema es que no puede haber libertad absoluta cuando el concepto se trata desde el punto de vista de la ética y la moral, desde lo social. La ética y la moral se convierten en límites de la libertad individual por pura lógica: para convivir cada miembro de un colectivo ha de privarse de parte de su libertad para dar cabida a la de los demás y para que la estructura que los mantiene unidos no se rompa.

Con la asunción de la libertad, nacen y se multiplican los códigos, las normas y las leyes como reguladoras del espacio en el que se puede decidir: no se puede robar, hay que respetar a la familia, etc., todo ello en aras a la organización y al amparo que proporciona a cada individuo en particular. Lo cual, a su vez, otorga a esa organización, a través de sus normas, culturas y leyes la prerrogativa de regular la libertad (justificada siempre bajo la idea de que es para amparar mejor a cada individuo).

Tal y como vengo diciendo, se entiende la libertad como un derecho individual que se da en el marco de una estructura social y cultural determinada, lo que justifica que pueda haber (y de hecho así es) diferentes modos de regularla y de manifestarse y también que exista la idea en algunos de que solo es posible mantener las esencias de un grupo y a vida de sus individuos privándoles de esa libertad (ejemplos los hay para dar y guardar).

Eso viene ocurriendo no sólo a través de los regímenes autoritarios (en los que la cúspide del poder se reserva para sí toda la libertad de la que priva a sus conciudadanos), también a través de las interpretaciones rígidas las religiones (integrismos de diverso cariz) e incluso para que los ciudadanos tengan la impresión de estar más seguros, cuando lo que están es más vigilados y perdiendo todo atisbo de privacidad (policía, servicios de inteligencia, videocámaras, tecnologías en general, satélites de comunicaciones, ….).

Cada nueva generación tiende a establecer sus propios márgenes, en oposición a la postura de sus mayores, lo cual tiene su lógica si esa pugna se estableciera a ambos lados de las anteriores fronteras, pero …, en estos momentos, al menos, la cosa no es así. 


De ese modo la convivencia, las normas de regulación de esa convivencia, el concepto de autoridad o la experiencia… se rompen sin que sepamos aún qué va a sustituir a cada uno de los reguladores de la libertad, que claro que es un derecho individual, pero en un espacio sociocultural.

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