viernes, 19 de agosto de 2016

LA PACIENCIA

LA PACIENCIA

La vida en sociedad y algunas de las características de nuestro carácter, esa forma de responder a los estímulos del medio social, va modelando nuestra forma de valorar nuestro comportamiento y las “ansias” de respuesta o, por el contrario la indiferencia ante ellas, esto es, nuestra impaciencia o nuestra paciencia.

Ambos tipos de respuesta están presentes en nuestra cotidianidad y la vemos hasta en las cuestiones más nimias. 


La RAE da varias acepciones para la paciencia. De entre ellas elegimos estas cuatro:
  1. f. Capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse.
  2. f. Capacidad para hacer cosas pesadas o minuciosas.
  3. f. Facultad de saber esperar cuando algo se desea mucho.
  4. Lentitud para hacer algo.
A nuestro modo de ver guarda relación con la tolerancia, la capacidad de soportar, la calma… la alteración ante la espera, saber evitar la ansiedad y la lentitud. En muchos casos se hace equivalente con la paz. No es PASIVIDAD o falta de compromiso con algo o alguien, si aún con la impulsividad.

Nuestra mundo nos ha vuelto ansiosos ante las respuestas, también que valoremos la inmediatez en todo y en ese clima ser paciente no es fácil, es más común valorar el verse afectado por todo, reaccionar compulsivamente, incluso hacerlo con cierta violencia.

Es, pues, algo más que actuar con tranquilidad o saber esperar, más que saber identificar, controlar y expresar emociones de un modo racional. Eso hace que pensemos en la necesidad de estimular su desarrollo a través de la educación y que la sociedad asuma que es una acción positiva.

En la literatura al efecto se apunta que el desarrollo de la paciencia tiene que ver con el uso de la empatía, optar por responder de forma diferente (tomar conciencia de que la rapidez provoca que no nos fijemos bien en las cosas, en saborear las experiencias, etc.,) el autocontrol, cambiar los criterios de valoración personal, etc.

De todos modos hemos de anotar que establecer una distinción clara entre paciencia e impaciencia no es fácil. No siempre es igual de sencillo reaccionar bien y con racionalidad en las relaciones con los demás o no siempre podemos ser igual de tolerantes, pues todos tenemos experiencias de diversa índole en nuestra historia.


Aparte de eso, las tecnologías de la información y la comunicación están favoreciendo en la actualidad la impaciencia, complicando la convivencia… y alterando el valor y sentido de nuestras respuestas y aún de valorar el mundo circundante. 

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