sábado, 13 de agosto de 2016

SOCIEDAD CABREADA, DESINFORMADA Y … VIOLENTA

SOCIEDAD CABREADA, DESINFORMADA Y … VIOLENTA

Los medios de comunicación han crecido tanto y se han hecho tan cotidianos y nos han llenado de tantos datos que, más que información, nos han dado “empacho”, entre otras cosas porque ese hecho ha favorecido que desaparecieran las voces “independientes y personales” de información: los periodistas independientes, que respondían con su nombre y su prestigio de cuanto contaban.

De paso se han llevado por delante los medios impresos, esos que iban dejando un rastro fácilmente visible. Hoy todos somos informadores y hasta un punto casi increíble: no hay cosa que pase de la que no aparezca un vídeo y varias fotografías, pero sin que podamos saber la credibilidad de ninguna de esas cosas, que, a fin de cuentas, no son más que una muestra parcial de la realidad.

Es cierto que pensar que el periodismo de antes era más creíble es arriesgado cuando menos. Los periodistas eran “intermediarios”, nunca actores (como son los televisivos), pero eran los medios los que priorizaban, ocultaban o hacían que la opinión interesada (la suya) primara sobre la información.

Está claro que también los lectores o la audiencia tienen mucho que decir, puesto que son los que ponen en la picota (para bien o para mal) a los encargados de informar u opinar (según los casos). Pero el caso es que los lectores y oyentes son los que provocan que tengan más relieve las cuestiones truculentas, privadas y también son los que confunden opinión e información. La prueba puede estar en la cantidad de “tertulias” en la TV o en la radio (con casi los mismos actores sea cual sea el canal o el tema, lo cual dice poco a favor de ellas o mucho a favor de los tertulianos, que actúan como si cada uno fuera la Enciclopedia Británica, sabiendo de todo y, por supuesto, llevando la razón en todo). 

Las mencionadas tertulias llevan camino de convertirse en “realitys”. Los que participan chillan, digo yo que para llevarse una mayor cuota de pantalla. En caso contrario no entiendo nada. Pero pesados son un rato largo. (Y no incluyo a los que “relatan” los acontecimientos deportivos, entre otras cosas porque son unos “chillones” que forman una “fauna” diferente)

Estos medios quizá entretengan, pero no INFORMAN y dan lugar a lo que queríamos poner de manifiesto: AUMENTAN LA VIOLENCIA SOCIAL.

Quizá la base de ese estado de cosas sea el enfado social que se vislumbra ante cualquier tema. Todos parecen estar enfadados con la vida (por decirlo en una palabra y no hacer una lista interminable de agravios). Y mira que la memoria actual es frágil y poco duradera, de un día para otro se nos olvida cuanto pasa en el mundo… pero el enfado no se diluye.

Es cierto que el mundo no está para muchas alegrías y que siempre hay que buscar culpables donde sea y como sea y casi no nos da ni tiempo a encontrar tanto culpable creíble, fuera del tan traído y llevado (con razón) EE.UU.

Tenemos guerras religiosas o bajo esa excusa (Yihadistas contra el resto del mundo, por ejemplo), otras raciales (blancos y negros en los mencionados EE.UU, entre Sunnis y Chíes entre kurdos y turcos, kurdos y yihadistas, entre ideologías (Europa y desplazados por las guerras en Iran, Afganistán, Irak, Siria, Libia), por economía (saharianos y subsaharianos -tanto neologismo nos va a matar-), entre culturas (llevar armas o no HASTA EN LA UNIVERSIDAD, en los EE.UU) , delincuencia o mafias (Venezuela, México, Colombia… AL Qaeda).
Y claro,, eso se lleva al terreno particular y aquí tenemos a Cataluña contra el resto, el denominado País Vasco (que anda agazapado) contra el mundo, los gallegos “sembrando”, Los del PP contra el resto de partidos, los del “No es No” de un aprendiz de brujo, los de Podemos pero menos (vamos, que no pueden tanto), los de Ciudadanos (sean quienes sean)… todos contra todos y la sociedad… pues cabreada, porque esto no se arregla o no se puede hacer tan fácilmente, porque internamente esos grupos denominados políticos tienen estructuras un tanto “mafiadas” (véase CDC o CIU, PP, Sindicatos, obras públicas, Formación, EREs, y tantos y tantos casos que anulan la fe del más pintado).

Así que entre la “infosicación” (1) (¿se dirá así?) los atentados de cada día, las guerras dialécticas y el los líos políticos… la sociedad anda CABREADA y VIOLENTA. Esperemos que haya remedio.



(1) La sobrecarga informativa o infobesidad es un concepto generalmente usado en conjunto con varias formas de comunicación por computadora tales como el correo electrónico. ...

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