miércoles, 28 de septiembre de 2016

¿HAY RAZONES PARA PREOCUPARSE POR LOS DEBERES Y LOS LIBROS DE TEXTO?

¿HAY RAZONES PARA PREOCUPARSE POR LOS DEBERES Y LOS LIBROS DE TEXTO?

Hace un tiempo se vienen repitiendo con insistencia y cierta virulencia aportaciones en las redes y en los medios de comunicación acerca de los libros de texto y de los deberes escolares, hasta el punto que se pueden encontrar ejemplos para todos los gustos, por extraños que puedan parecer.

De todos modos a mi me ha llamado la atención de que se habla poco de los alumnos, de los padres y de los profesores (de éstos de los que menos). 

Entre las muchas entradas que he ido acumulado hay alguna que quisiera divulgar: “Sueño con una escuela que no mande deberes porque los niños tienen derecho a disfrutar”. 

Ya sé que cualquiera se animaría a responder, pero creo que es mejor dar motivos para la reflexión (aunque pueda parecer algo obvia la razón y pobres mis argumentaciones).

Vayamos primero con los “deberes”. 


Ninguna de las aportaciones que he leído habla del esfuerzo, de la necesidad de mantener cierta actividad mental, de la necesidad que para algunos alumnos existe para que se esfuercen un poco más o adquieran cierto hábito de lectura y estudio o para que tengan más tiempo para algunos aprendizajes… Ninguna de las aportaciones incluye en su disertación nada sobre el horario que aguantan muchos alumnos (más los de zonas urbanas), que abarca períodos , EN BASTANTES CASOS, de las 7:30 de la mañana hasta las 8 de la noche -TRECE HORAS-. Ninguna de aportaciones menciona que muchos padres quieren que sus hijos realicen aquellas cosas que a ellos les hubiera gustado dominar: música (en algunas de us múltiples aplicaciones), yudo, deporte, idiomas…

Tampoco se habla de las razones que mueven a las quejas, excepto de que los deberes quitan tiempo a los alumnos para que disfruten. No se dice que las más de las veces se convierten en CASTIGO para los padres o en motivo de discusión con los hijos… y que lo hacen padres que permiten que sus hijos tengan consola de juegos, teléfono “inteligente”, tablet y/o ordenador más TV en la habitación del alumno que NO TIENE TIEMPO PARA DISFRUTAR (ni para hacer los deberes, claro). A eso sí pueden dedicarse los alumnos (no dan guerra mientras tanto) y eso parece ser que es bueno para los alumnos, así, sin más. Y si de lo que se tata es de disfrutar: LOS ALUMNOS DISFRUTAN UNA BARBARIDAD EN VACACIONES Y LOS MISMOS PADRES TAMBIÉN SE QUEJAN.

PERSONALMENTE creo que NO debe haber DEBERES INDISCRIMINADOS, esto es, NO DEBE HABERLOS SIEMPRE, NI PARA TODOS (o no para todos igual), sino que deben ser “RECETADOS” con inteligencia y comedimiento por los PROFESORES. 

Por cierto, esas consideraciones que digo que he ido juntando no citan a los profesores. ¿Acaso les consideran perversos profesionales?. Pues NO LO SON la mayor parte de las veces. En algún caso es posible que haya que pedirles que se reorganicen, para que sus “PRESCRIPCIONES” no coincidan el mismo día, pero creo nada más.

En todo caso no hay motivo para llegar con la petición de “NO A LOS DEBERES” a la OMS (Organización Mundial de la Salud) o a la UNICEF (Organismo de la ONU para la Infancia y la Familia)

A la vez me hubiera gustado leer que los padres estuvieran preocupados porque hubiera espacios para el juego de los alumnos, para su esparcimiento…. que la vida moderna les ha privado de todo lo que no sea “cerrado” y la “calle” y los parques no son lo que eran.


Y vamos con los libros de texto.

Mi posición al respecto es parecida a la de los “deberes”. El libro de texto es, si se me permite decirlo así, como una muleta para alguien que tiene un esguince o lleva enyesada una pierna: es una ayuda. Hay alumnos y profesores que puede que no la necesitan (porque tienen otros “medios”), pero también puede haber otros que sí. Dejemos que sea el profesor quien lo decida. Otro tema diferente es si debe proporcionarlos la sociedad o los padres directamente (por más que en esta vida no haya nada gratis y esos libros, bien directamente o bien vía impuestos al final los pagaremos). Luego nos quejaremos que la sociedad no es LECTORA…, que esa es otra, ¿cómo va a serlo? Primero hay que DISFRUTAR y luego no hay que tener REFERENTE ALGUNO que anime a conocer, hacerse preguntas, penetrar an algunos elementos de la cultura, etc.


La profundidad de esos temas la dejamos para otra ocasión.

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