sábado, 22 de octubre de 2016

COMPLEJIDAD Y TRABAJO

COMPLEJIDAD Y TRABAJO

Los problemas sociales y económicos y sus soluciones son cada vez más complicados, más enmarañados, más incisivos, más interdependientes… y parece que cada día da más miedo afrontarlos, de ahí que los modelos (quizá porque el dinero es siempre cobarde y no tiene fronteras) se vengan basando en el desempleo (en general y en particular sobre el mundo juvenil) o el empleo cada vez más exigente y MÁS PRECARIO.

No es de extrañar, en esas circunstancias, que las relaciones entre educación y trabajo o mundo laboral anden cada vez más perdidas. Primero porque ya no se sabe en manos de quién debe estar el armonizar esos mundos y después porque los cambios tan rápidos que se dan en el mundo laboral no permiten establecer nexos lógicos entre la formación y el trabajo.

Asumimos que tenemos nuevos modelos de conocimiento, que existen mayores exigencias de transferencia de conocimientos y actitudes, que hemos de analizar, seleccionar y evaluar de otra forma los conocimientos y que hemos de asentar la responsabilidad y el esfuerzo. Lo asumimos… pero no lo hacemos, no lo llevamos a la realidad, a la espera que algo o alguien adecue ambos mundos (formación y trabajo) sin que tengamos ninguna otra exigencia más que pedirlo y protestar.



Mientras, cada vez hay más “clientes” en los distintos ámbitos de la educación y esa educación requiere cada día de más financiación, sin que hayamos sabido lo que es exigible a la sociedad, al estado, al mercado y a los individuos. Sobre ellos solo hacemos demagogia, bajo el supuesto de que TODOS tienen derecho a opinar y “casi” a imponer sus criterios o de que la ÚNICA enseñanza que debe subsistir es la pública, cuando el problema no está ahí.

Vivimos bajos dos supuestos en educación: la educación es un derecho y es también un bien público. Y eso está muy bien, pero ¿dónde están las fronteras? y ¿donde los deberes sociales e individuales? ¿Como armonizamos los aprendizajes formales, informales y no formales? ¿Deben ser un derecho las enseñanzas NO OBLIGATORIAS o post-obligatorias? ¿también las no formales?

En esos temas deja de haber unanimidad y la actual coyuntura requiere un examen de las informaciones, entendimientos, habilidades, valores y actitudes que deben “aprenderse” por medio del aprendizaje y cuáles fuera del sistema formal, señalando con claridad cuáles forman parte de la finalidad global de la educación de nuestra sociedad.

Por otra parte, conocimiento y educación deben formar parte de un todo, lo cual supone que han de formar parte no solo de la sociedad, sino de sus exigencias sobre los individuos, porque han de ser tomados como algo COMÚN.


La problemática de las políticas y prédicas de identidades nacionales ni la mundialización pueden hacernos perder de vista los puntos cardinales de la formación: Aprender a conocer, hacer, ser y vivir, por más que antes hayamos de resolver lo planteado hasta aquí.

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