domingo, 9 de octubre de 2016

DE LA CULTURA Y LA CIENCIA. (II: LA CULTURA)

DE LA CULTURA Y LA CIENCIA. (II: LA CULTURA)
La cultura es el conocimiento generado por un determinado grupo social, en un tiempo y espacio concretos, que se considera necesario para la pervivencia de ese grupo, por lo que se establece la necesidad de que sea asimilado por todos los individuos pertenecientes a ella.
Buscar las constantes de esa cultura es una de las prioridades de la ciencia. Una vez encontradas y aceptadas como tales, forman parte del conocimiento, que es uno de los integrantes principales de la cultura que ha forjado una sociedad, la cual, mediante las instituciones que ella misma se ha dado, se encarga de transmitir a sus integrantes. Así, la cultura se convierte en un bien que es necesario mantener, transmitir, asimilar, enjuiciar, transformar, etc.  En definitiva, la cultura es un ente que lleva en sí misma la idea de cambio, de transformación. El siguiente esquema (aunque lejano en el tiempo) de Ferrández (1977: 24) nos permite apreciar muchos matices de su formación y desarrollo. Entre otros aspectos podemos detenernos en las siguientes cuestiones, que en este momento, pueden ayudarnos a comprender esta complejidad: 

  1. Debemos entender la cultura objetiva como todo el conjunto  de conocimientos en el que la persona está inmerso y en el que él se desarrolla y evoluciona. 
  2. Dada la imposibilidad de asimilarla toda, cada sujeto integra y asimila una parte, de la que se apropia de forma que ésta es vivida y analizada bajo su perspectiva personal (cultura subjetiva). 
  3. La mayoría de los componentes de esa sociedad se limitan a actuar dentro de esa cultura de acuerdo con unos cánones de estabilidad, acomodación y supervivencia, sin embargo, hay quienes, de forma individual o colectiva intentan aportar o establecer, gracias a la investigación, la reflexión, el inconformismo, la duda o cualquier otro mecanismo de acción social, nuevas ideas, creencias, procedimientos, valores, y otras manifestaciones culturales que bien pueden ser aceptados, rechazados temporalmente o definitivamente olvidados. 
  4. Este procedimiento dinámico de la sociedad y de la cultura generada se convierte, en la práctica, en un incesante ir y venir de aportaciones que de vez en cuando pueden llegar a originar situaciones conflictivas de mayor o menor grado, y ante las cuales el individuo tiene dos opciones: o bien está en un permanente estado de cambio para adecuarse a esta situación de “inestable estabilidad” o él mismo se convierte en agente que propicia el cambio. 
El cuadro siguiente presenta las relaciones cultura e individuo, y de qué forma, mediante la comunicación y la educación, se transmite, se mantiene, se critica y transforma. El proceso es complejo y no siempre bien entendido y comprendido, ni por los individuos –entendidos individualmente- ni por los  miembros de la sociedad en su conjunto; los primeros porque integrar una cultura e integrarse en ella supone un esfuerzo y los segundos porque no siempre aceptan de buen grado los cambios, potencialmente positivos, promovidos por algunos de sus integrantes.
Cuadro nº 2: Cultura y Educación. (Ferrández, 1977: 24) 

 Además resulta que vivimos en un mundo “interculturalizado”, de forma que si lo anterior y para una sola cultura resulta espaciado en el tiempo, necesitado de instituciones específicas, personal con alto nivel de formación, etc., el nuevo panorama puede suponer nuevos retos mucho más complicados o dolorosos (según los casos o las formas que se adopten). 
Muchas podrían ser las instancias a las que a continuación podría mencionar, como componentes de una determinada cultura, tanto a título individual como grupal o institucional, (personas, gremios, asociaciones, colectivos, instituciones, u otras), pero lo dejaremos ahí por ahora. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario