domingo, 16 de octubre de 2016

PARA PONER EN ORDEN LAS TIC EN LA ENSEÑANZA ( y III): Hacia dónde ir

PARA PONER EN ORDEN LAS TIC EN LA ENSEÑANZA ( y III)

HACIA DÓNDE IR

Competencias a conseguir

Al respecto se han aportado múltiples análisis. Estas competencias hay que enmarcarlas en las características generales que definen nuestro época. En esta línea que presentamos, podríamos sintetizar las  características más significativas y específicas que se vienen exigiendo:
  • Desarrollar la capacidad y actitud de aprender, investigar, construir e innovar, en  correspondencia con los continuos cambios.   
  • Aprender a trabajar en equipo, desarrollando la autonomía intelectual y la responsabilidad  individual y colectiva.    
  • Adquirir importantes niveles de autoestima y espontaneidad para la libre discusión, las formas  racionales de argumentación, las competencias comunicativas, socio-afectivas y profesionales,  la articulación teoría-práctica, la búsqueda y uso de información relevante, la familiaridad con  los idiomas en los que circula la bibliografía e información requerida.
  • Desmitificar la ciencia, el texto y el profesor como fuentes únicas de saber.

Cambios a propiciar

La introducción de las TIC supone propiciar cambios en las personas, la instituciones educativas, la sociedad y, sobre todo, en el profesorado, y no sólo pensando en la metodología de enseñanza.
Al igual que el alumno, que ya está en el futuro de que estamos hablando,  el rol del docente también cambia en un ambiente rico en TIC. El centro docente y el  profesor dejan de ser fuentes de todo conocimiento y el profesor pasa a actuar de guía  de alumnos para facilitarles el uso de recursos y herramientas que necesitan para  explorar y elaborar nuevo conocimiento y destrezas, pasa a actuar como gestor de la  pléyade de recursos de aprendizaje y a acentuar su papel de orientador. 
Pero ese es un tema tratado y no insistiremos más sobre él.

CONCLUSIONES: LOS NUEVOS ESCENARIOS DE FORMACIÓN

Estamos ante el reto del siglo XXI y del cambio radical que están imponiendo las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) y ambos hechos provocan no pocas contradicciones, aparte de muchas expectativas e incertidumbres:
  1. La educación, con un fuerza mayor que en ningún otro momento de la historia, está llamada a jugar un papel importante en este tránsito, tanto por su importancia para ayudar a los seres humanos a situarse convenientemente ante la nueva perspectiva vital que se nos presenta, como por los cambios que ha de asumir en su propia esencia, debido al impacto de estas TIC y a las posibilidades que la brindan. 
  2. Las TIC van a cambiar -están haciéndolo ya- el panorama educativo, como decíamos y como se viene poniendo en evidencia desde hace un tiempo en todas las aportaciones que se vienen haciendo en este ámbito. No se trata solamente de cambios en las modalidades educativas, en la metodología didáctica o en la relación individuo e información o aun en la comunicación. Y no es que todo eso no sea importante, lo es. Pero los cambios en todo ello son obvios. 
  3. Las TIC, además, están provocando una revisión profunda del papel de las instituciones educativas, de sus agentes, de todos y cada uno de los elementos del proceso de enseñanza - aprendizaje y aun de la propia educación y formación. 
  4. Con rapidez y contundencia se están introduciendo nuevos conceptos y modalidades, como los de "aprendizaje abierto", "enseñanza flexible" o "escuela sin profesores", y nuevos planteamientos respecto al sujeto que aprende, de la mano de las posibilidades de la interactividad, control, autoaprendizaje, etc. ofrecidas por estas TIC aplicadas al mundo educativo. 
  5. En contra de lo que pueda pensarse, el problema no es estudiar las capacidades y recursos que ofrecen las TIC, sino buscar un modelo didáctico capaz de armonizar las potencialidades tecnológicas de esas tecnologías y la congruencia y significación en un proceso de enseñanza - aprendizaje lógico y equilibrado. La cuestión que importa estudiar para construir el futuro es, pues, una cuestión pedagógica, de enseñanza, de una nueva distribución de funciones a profesores y alumnos en ese proceso de enseñanza - aprendizaje y de tratar de una nueva forma la información, el contenido, etc. 
  6. Estamos ante un cambio en las formas de la enseñanza, pero, sobre todo, se nos presenta un cambio en el fondo de esa enseñanza, en su concepción. 
Tradicionalmente ha sido el docente el eje central del proceso de formación, en el sentido de que se ha sido él el que se ha erigido en centro y vértice global del proceso de enseñanza y aprendizaje. En este caso la relación que ha venido exigiéndose ha sido la personal y "directa", esa que hemos dado en llamar PRESENCIAL, enfatizando en el hecho de que no podía hablarse de proceso didáctico sin el contacto directo (presencial) entre el docente y el discente y, como consecuencia, entre éste y las actividades y contenidos y recursos. 

Pero decíamos que podría ser otro el elemento central del proceso. Por ejemplo la actividad o los recursos. En este caso hay que admitir que esa relación de la que hablamos cambiaría en la medida en que el marco del contacto se abre a nuevas y distintas perspectivas.

Cuando hablamos de relación, no hacemos solamente referencia al espacio en que se establece el contacto docente y discente, ni aun al tiempo (requisitos que vienen configurando dicho marco), sino que nos referimos fundamentalmente a una actitud, a la puesta en marcha de unos papeles entre los elementos personales del acto didáctico y entre éstos y el resto de elementos que lo configuran.

En principio estas tecnologías (nuevas o no tan nuevas) deben considerarse, desde el punto de vista didáctico, como medios y recursos, esto es, hemos de entenderlas como herramientas, como material instrumental al servicio de los procesos de enseñanza y aprendizaje. Su utilización, pues, se justifica por la propia naturaleza de ese proceso de enseñanza-aprendizaje.

Su importancia dependerá del tipo de alumno, actividad, contenido u objetivos pretendidos y en el establecimiento de su sentido en el contexto de acción didáctica, esto es, en establecer su papel en relación con los elementos del acto didáctico, porque los medios - sean los que sean - por sí solos no mejoran la enseñanza o el aprendizaje, lo hacen en la medida en que hayan sido seleccionados adecuadamente y con funcionalidad respecto a los requerimientos del proceso de enseñanza-aprendizaje en el que hayan de instalarse o al que hayan de servir.

Aparece un nuevo concepto de mediación educativa, en la medida en que su incorporación afecta al modelo de relación entre el individuo, la cultura y la enseñanza. Por ello su uso exige formación. Ni la fascinación ni la huida de ellos son posturas aceptables. Hay que estudiar su inclusión, analizar su eficacia, los efectos psicológicos de su uso, el funcionamiento de programas articulados sobre esos medios, los efectos en el aprendizaje, etc... para poder aprovechar sus virtualidades y también para poner a la enseñanza al hilo de los avances que pueden ayudar a mejorarla.

El reflexionar sobre estas dualidades nos ha de permitir tomar conciencia de lo que las tecnologías de la última generación suponen para nuestro desarrollo profesional dentro de un marco educativo-formativo. 

La incorporación masiva de la tecnología a la sociedad actual genera una serie de retos al mundo educativo y formativo que debemos afrontar para garantizar la competitividad de los ciudadanos del siglo XXI.
  1. Las TIC están generando una sociedad del aprendizaje ante lo que debe responder el mundo educativo.
  2. Las TIC están produciendo una eclosión de información. La educación deberá ayudar a que los individuos estén realmente mejor informados, a mantener la atención en aquello que realmente importa, a no quedarse en la superficialidad de los mensajes, a que esa información cobre significado global, y, sobre todo, a que esa información genere conocimiento.
  3. Las TIC requieren, por sus propias características y potencialidades, transformar los mecanismos intelectuales necesarios a los individuos para el tratamiento de la información, debido fundamentalmente a los cambios que provocan en la concepción del espacio y del tiempo, y también a su capacidad para "deslocalizar" la información.
  4. TIC permiten que emisor y receptor interactúen de tal manera que pueden intercambiar continuamente sus papeles comunicativos.
En la educación del futuro las TIC van a jugar un papel importante. Su aplicación va a exigir la creación de nuevos modelos de aprendizaje, nuevos procedimientos y estrategias de búsqueda, organización, procesamiento y utilización de la información. Además, habrá que estudiar su efecto en los procesos cognitivos, en la medida en que su aplicación en la enseñanza puede producir un cambio en las representaciones mentales.

Aprender con la mediación de las TIC es también un reto para la actividad docente, no sólo porque los profesores habrán de variar su enseñanza o porque habrán de ser expertos en su utilización, sino también porque las TIC ofrecen la posibilidad de una comunicación distinta entre estudiantes y profesores, la creación de comunidades virtuales y el trabajo colaborativo para profesores y alumnos.

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